La Haya, 10 ago (EFE).- Los líderes de cuatro partidos de centro y derecha holandeses intentan superar sus diferencias, especialmente en cuestiones éticas como las drogas y la eutanasia, para negociar la formación de un nuevo Gobierno después de casi cinco meses con un Parlamento maniatado.

"Hemos empezado de nuevo, todos tienen energía, energía para resolver diferencias, pero también para defender sus puntos de vista con fuerza adicional", dijo hoy el líder de Demócratas 66, el progresista Alexander Pechtold.

Las conversaciones para la formación de un Gobierno holandés entre el liberal VVD, Llamada Democristiana (CDA), los progresistas de D66 y la Unión Cristiana (UC) se retomaron ayer, después de tres semanas vacaciones de los políticos.

El signo de interrogación se encuentra a estas alturas, cinco meses después de las elecciones, en si los D66 y la UC serán capaces de superar sus diferencias en las temas éticamente polémicos porque los otros dos partidos tienen posturas parecidas.

"Es un proceso complicado. Están ahora en la parte más crítica porque la política económica ya está superada. La UC y los D66 tienen que trabajar cuestiones con serios desacuerdos: drogas, política de fin de vida, investigaciones médicas, homosexualidad, donación de órganos, etc", analizó a Efe un experto político, Diederik Brink.

A diferencia de sus opiniones el pasado marzo y de su negativa a negociar con los cristianos, Pechtold considera ahora que sí es posible un Gabinete con la UC, siempre que se encuentre "una manera de tratar los temas difíciles" recurriendo a "una forma de intercambio".

Esta estrategia también se siguió en la formación del Ejecutivo saliente entre los liberales y los laboristas, y consiste en cesiones por parte de los partidos en un tema concreto, por ejemplo, un partido obtiene sus exigencias en Educación y el otro en Seguridad Social.

El líder de los cristianos, Gert-Jan Segers, subrayó que las dos partes difieren mucho en la ética médica, la política de drogas blandas y el futuro de la Unión Europea, aunque confirmó que los negociadores "sienten una gran responsabilidad" para hacer que este diálogo funcione.

Sin embargo, recordó que las partes están logrando acuerdos económicos, pero "no tanto en cuestiones de principios porque sobre el dinero se pueden hacer compromisos, pero sobre los valores no".

Según Pechtold, "se puede hacer" un Gabinete de centro-derecha, si las partes están "realmente apostando por ello y dispuestas a profundizar en las posiciones" del otro.

Los otros dos involucrados, el líder del VVD, el primer ministro Mark Rutte; y el del CDA, Sybrand Buma, se negaron a hacer comentarios sobre el avance de las negociaciones.

El analista consideró que "es muy probable" que las partes lleguen a un acuerdo porque "a pesar de que no cederán en sus posiciones, recurrirán a un intercambio en las cuestiones calientes" que les separan para estar en el Gobierno.

"Están siendo muy constructivos y aún necesitan tiempo para discutir sus posiciones. En realidad, tampoco tienen otra alternativa creíble", advirtió.

Con la presentación de los presupuestos prevista en septiembre, "los socialdemócratas (PvdA, socio de la coalición saliente) van a explotar esta situación para imponer sus puntos de vista antes de pasar a estar en la oposición en el futuro Ejecutivo", dijo.

El PvdA le declaró hoy la guerra al VVD y amenazó con no apoyar los presupuestos del próximo año si no incluyen una subida salarial a los profesores.

Los laboristas, socios del Gobierno saliente, se niegan a participar de nuevo en el Ejecutivo después del batacazo electoral que sufrieron el pasado 15 de marzo.

Después de que las negociaciones con los verdes de GroenLinks fracasaran, a pesar del empeño puesto por Rutte, la Unión Cristiana es la única opción que queda para lograr una coalición que pueda contar con una mayoría en el Senado y el Parlamento.