Las personas intervenidas mediante las técnicas malabsortivas de cirugía para combatir la obesidad tienden a absorber el alcohol casi tres veces más rápido que aquellas que no se han sometido a una de estas intervenciones, ha explicado el doctor y especialista en cirugía de la obesidad Jesús Lago.

Al reducirse la capacidad del estómago al tamaño de un vaso de agua y derivarse la ingesta en el intestino delgado de una forma más directa al área de absorción, el alcohol es absorbido en sangre casi triplicando el ritmo al que respondería una persona no operada y por tanto con un estómago de mayor capacidad.  Tal situación provoca que con una simple ingesta se obtenga un efecto fulminante e inmediato equivalente a tomarse una botella entera, señala el doctor Lago.

Esto es lo que podría haberle pasado al ex futbolista argentino Diego Armando Maradona, intervenido de by-pass gástrico por sus problemas de obesidad, en las imágenes que se vieron de él en uno de los encuentros del pasado Mundial de fútbol.

Estas personas entran en riesgo de manifestar ebriedad y sus consecuencias equivalentes en su cuerpo sin necesidad de tomar cantidades realmente excesivas para un cuerpo normal.

Se han realizado multitud de estudios sobre este problema y todos apuntan a que la intervención de by-pass gástrico es incompatible con una ingesta de alcohol como si no hubieras sido operado.

La explicación es muy clara, al tener el estómago reducido, la misma copa de vino que antes ocupaba una pequeña parte del estómago, ahora lo sacia por completo, lo que hace que el cuerpo busque deshacerse de él trasladándolo directamente al yeyuno, una zona intermedia del intestino delgado lo que provoca que el cuerpo lo absorba con mucha mayor rapidez.

“Este tipo de pacientes notan que con una simple copa de vino ya se marean de forma inusitada y si son dos el efecto de sensación de embriaguez es muy inmediato, a diferencia de una persona no operada”, indica Jesús Lago, doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid.

Para este médico, resulta especialmente importante trasladar esta información al público en general pero sobre todo a quienes se les ha practicado un by-pass gástrico.

“El paciente que se somete a una cirugía de obesidad lo hace por el riesgo que tiene un índice de masa corporal superior a 35. Hemos de explicarle muy bien qué técnica le vamos a proponer, ya que cada paciente requiere su propia solución, y qué procesos observará en su cuerpo a parte de lograr bajar de peso, por ejemplo éste que mencionamos con la ingesta de alcohol”, añade Lago.

El mejor consejo para las personas intervenidas de obesidad es alejarse del alcohol; así evitarán cualquier reacción no deseada. No obstante, si ingieren alcohol, deben tener muy en cuenta que una copa de vino del tamaño de 33 cl les hará un efecto equivalente a la ingesta de una botella de tres cuartos de litro. Por tanto experimentarán una sensación de mareo profundo en el mejor de los casos y de clara ebriedad en dependencia del momento del día que haga tal ingesta, agrega el médico.

“No es culpa de las personas, pues están acostumbradas a unos hábitos alimenticios anteriores a su cirugía y no siempre recuerdan que están operados porque realmente estas cirugías funcionan y cumplen con su objetivo que es la pérdida del exceso de peso y ello les alargará la vida, sin ningún tipo de duda, pero el hecho que se encuentren bien hace que olviden que su estómago es mucho más pequeño que antes”, contextualiza el doctor Jesús Lago.