Las encías se retraen por distintos motivos dejando a la vista el cuello del diente. Además de provocar sensibilidad y mayor riesgo de infección, el diente no queda bien sujeto y puede perderse. Los injertos de encía con tejidos del propio paciente ayudan a mantener la dentadura.

El tabaco y el alcohol, enfermedades periodontales, como la gingivitis, la edad o trastornos hormonales como los del embarazo son algunas de las causas que provocan la retracción de las encías y el momento de valorar un injerto de encía.

“Pero también se pierde la encía con los implantes, no tener un adecuado cepillado e incluso que sea demasiado vigoroso puede provocar una retracción tanto con un implante como con el propio diente”, explica a EFEsalud Óscar Castro, presidente del Consejo de Dentistas, la organización colegial de dentistas de España.

“Con el injerto de encía -añade- se trata de devolver a la posición de defensa al diente o al implante”.

 

Microcirugía: del paladar a la base del diente
El injerto de encía supone una microcirugía con anestesia local e, incluso, se puede utilizar sedación para evitar situaciones de ansiedad en el paciente.

El tejido que se extrae puede proceder:

  • Del paladar del paciente donde se extrae una pequeña cantidad de tejido para implantar, es lo más común
  • Tejido de otra parte de la encía
  • Cuando no es posible el injerto autólogo (con tejido del propio paciente) se recurre a bancos de tejidos de origen humano y animal
  • El tejido a implantar se coloca alrededor del diente, en su base, y se sutura con puntos de microcirugía “abriendo una vascularización y uniendo los tejidos”, explica el médico-estomatólogo.

“Como ocurre con cualquier cirugía puede haber riesgo de fracaso. Podemos llegar a rechazar nuestro propio tejido al no producirse un proceso de vascularización de la zona afectada y eso conlleva que el tejido se necrose o que se produzca una infección”, apunta Óscar Castro.

Sin embargo, lo habitual es que el paciente acepte su propio tejido siendo el injerto de encía una técnica habitual y segura en las consultas de los dentistas, asegura el presidente de los dentistas de España.

 

Recuperarse de un injerto de encía

Además de los puntos de sutura que al cabo de los días debe quitarte el dentista, también la escisión del paladar debe regenerarse.

“Es una recuperación sencilla, en quince días ya se ha regenerado la mucosa extraída, y el postoperatorio suele llevar prescritos antibióticos, analgésicos y antiinflamatorios”, señala.

“Se trata de injertos para rodear los dientes en áreas pequeñas, se hace en pequeñas zonas”, precisa el doctor.

Pero además el injerto de encía no solo no impide perder el diente y evitar sensibilidad e infecciones, también tiene un perfil estético.

“Un diente alargado es un reflejo de envejecimiento, el implante de encía rejuvenece un diente que estaba descarnado”, concluye Óscar Castro.

 

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