Frase de la semana
En muchas ocasiones la lectura de un libro ha hecho la fortuna de un hombre, decidiendo el curso de su vida.” Emerson 

Los científicos aseguran que leer afecta positivamente al cerebro. Los libros son poderosos. Pueden enseñarnos, informarnos, hacernos volar con la imaginación. Y pueden, según dicen los expertos, curarnos. 

Leer nos modifica. Al leer un buen libro nuestra mirada sobre el mundo se vuelve más amplia. Algo se agrega. Palabras, imágenes, emociones, situaciones desconocidas, nuevos paisajes, otros momentos históricos, se suman a nuestro conocimiento y a nuestras vivencias.

Somos lo que somos y somos también lo que hemos leído. 

Leer una novela es iniciar un viaje, del que seguramente saldremos enriquecidos. Nos cambia. Nos hace crecer. Nos calma. Nos da bienestar. Nos ayuda a sanar heridas. Nos acompaña en los momentos de soledad.

Algunas de estas cosas se plantearon los que iniciaron la “Bliblioterapia”.

La idea de la Biblioterapia es simple: usar los libros para ayudar a la gente. 

El término Biblioterapia aparece en 1916 en un artículo publicado en la revista The Atlantic Monthly. En él se habla de un doctor que receta libros: “Un libro puede ser un estimulante, un tranquilizante, un irritante o un soporífero. La cuestión es que debe hacerte algo, y tú tienes que saber qué es. Un libro puede ser de la naturaleza de un jarabe calmante o puede ser una cataplasma de mostaza irritante”, se afirmaba.

El uso de la Biblioterapia se extendió después de la I Guerra Mundial, sobre todo en los Estados Unidos. Varias organizaciones  empezaron a recomendar libros a los soldados que retornaban de la guerra. Muchos de ellos sufrían estrés postraumático y la llamada Neurosis de guerra.  Para ayudarlos a recuperarse  se les recomendaba leer determinados libros. 

Para el autor Marc-Alain Ouaknin la lectura es un acto de sanación. Leer es en sí mismo una terapia porque implica una interpretación.

Permite  atribuir al texto más de un sentido. Cada lector puedebuscar nuevos sentidos en lo que lee.  Las palabras y el lenguaje nos permiten renacer en cada instante.

Los libros y el cerebro
Al leer novelas o cuentos nos transportamos. Nos metemos completamente en lo que el libro cuenta. Nos imaginamos paisajes y lugares.

Vivimos la historia de sus personajes aun encerrados en nuestra habitación. Nos emocionamos, nos asustamos, sentimos que corremos y nos agitamos sin movernos de nuestro sillón. Nos reímos o lloramos con los protagonistas. ¿Por qué los libros y las palabras tienen ese poder? Algo debe suceder en nuestros cerebros para que eso ocurra, pensaron los científicos. Y se pusieron a investigar.

La mejor manera de saber qué es lo ocurre en el cerebro cuando leemos es mediante pruebas de neuroimagen, técnicas que discriminan las áreas cerebrales que se activan cuando leemos.

En el año 2006, investigadores españoles en la universidad Jaume I de Castellón dieron a leer diversas palabras a una serie de voluntarios mientras les practicaban una resonancia cerebral. Algunas de esas palabras evocaban olores  como ajo, canela o jazmín. Otras eran palabras neutras, sin ningún tipo de olor asociado. Lo que vieron fue que, al leer,  las primeras hacían trabajar  a las áreas olfativas, es decir, las responsables de oler en la realidad.

Al leer, reproducimos cerebralmente lo que las palabras evocan del mundo real. Por ejemplo, cuando leemos palabras como agarrar o correr, se activan respectivamente las áreas de la corteza premotora relacionadas con los brazos y las piernas. 

De ahí la siguiente suposición: ¿podría de alguna manera la lectura entrenarnos para la vida real? Muchos investigadores opinan que si. 
David Comer Kidd y Emanuele Castano, investigadores en la New School for Social Research, mostraron que leer  buena literatura  mejora  las puntuaciones de los participantes cuando se sometían a test de empatía.

La empatía es la capacidad para captar las emociones de los demás.  Es la capacidad de ponerse en el lugar de otro. Es  una de las bases que permiten la vida en sociedad. 

La literatura  funcionaría como un simulador de la realidad. Un campo de pruebas sin riesgo donde pueden aprenderse y practicarse herramientas que mejoran la calidad de vida.

Consejo: elija un libro que le interese y déjese atrapar por la aventura de leerlo. 

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