Asunción, 16 nov (EFE).- Una posible pérdida de competitividad de la economía paraguaya fue la excusa de la mayoría de parlamentarios que esta semana decidieron postergar en el Senado varios proyectos que pretendían aumentar los impuestos especiales a varios productos, en uno de los países con menor carga fiscal de la región.

Elevar las tasas especiales que gravan productos como el tabaco, las bebidas alcohólicas y azucaradas, e imponer un nuevo tributo a las exportaciones de grano de soja, trigo y maíz, era la intención el jueves de varios senadores, principalmente de la coalición de izquierda Frente Guasu, que buscaban equilibrar un sistema fiscal "injusto".

Pero sus iniciativas chocaron contra la mayoría oficialista de la Cámara Alta, que postergó, a petición del Gobierno presidido por Mario Abdo Benítez, del Partido Colorado, las tres iniciativas argumentando que un alza impositiva podría hacer perder competitividad al país y que requería de un análisis más profundo.

El martes, el ministro de Hacienda, Benigno López, ya pidió el retraso del tratamiento parlamentario de esos proyectos, al menos hasta marzo de 2019, y abrió la puerta a acometer una "reforma tributaria integral" el próximo año.

No obstante, la anunciada reforma, recomendada también por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para lograr un crecimiento inclusivo que reduzca unas tasas de desigualdad de las más altas en América Latina, no parece que vaya encaminada a aumentar o crear nuevos impuestos.

Puesto que el principal argumento esgrimido por los defensores de la posición gubernamental es que reforzar el sistema tributario podría causar un "enorme daño" a la economía del país, ya que la carga fiscal "bastante baja" es una "fortaleza estratégica", como admitió esta semana el presidente del Senado, Silvio Ovelar, del Partido Colorado.

En ese sentido el FMI aseguró esta semana, tras una visita a Asunción, que los ingresos impositivos pueden aumentar "incluso si las tasas tributarias se mantienen iguales", combatiendo la evasión impositiva y ampliando la base tributaria.

En Paraguay los gravámenes directos no superan el 10 % y los indirectos se sitúan entre el 5 % y el 10 %, aunque los impuestos especiales pueden alcanzar el 16 % y el 30 % los aranceles a la importación, con lo que la recaudación sólo supone el 36 % de los ingresos del Estado, según recoge el proyecto de Presupuestos Generales de 2019.

Los promotores de los proyectos de ley postergados pretendían aumentar los recursos del Estado aplicando una tasa del 15 % a las exportaciones de grano en estado natural de trigo, maíz y soja, producto del que Paraguay es el cuarto exportador mundial, y con el que pretendían recaudar 300 millones de dólares anuales.

Las iniciativas legislativas también preveían aumentar los impuestos especiales en torno al 20 % y el 50 % para las bebidas azucaradas y alcohólicas respectivamente, así como elevar del 18 % al 30 % el gravamen de los productos derivados del tabaco.

En el caso concreto del tabaco, el aumento impositivo iba acompañado de otro proyecto que buscaba reducir el contrabando de ese producto, aplicando medidas de trazabilidad, pero fue rechazado por un voto de diferencia.

El rechazo a esa norma fue apoyado principalmente por los senadores de Honor Colorado, el movimiento del Partido Colorado afín al expresidente Horacio Cartes (2013-2018), quien es dueño de una empresa tabacalera.

Pese a que el impuesto especial al tabaco se elevó en dos ocasiones desde 2015, del 13 % al 18 % actual, Paraguay continúa siendo el décimo país del mundo y el segundo de América con la tasa más baja, tras Antigua y Barbuda.

Ello contrasta con el de otros países como Argentina y Uruguay, donde alcanza el 60 % y el 70 %, respectivamente.