Praga, 18 mar (EFE).- Las autoridades de la República Checa están animando a la población, incluida la carcelaria, a crear mascarillas faciales caseras ante la escasez reinante de ese producto y la obligación de usarlo (o cubrirse de otra manera) ya en el transporte público de Praga y otras ciudades.

Además, según informa este miércoles Radio Praga, el Gobierno del país centroeuropeo ha pedido envíos de mascarillas a China para repartirlas entre la población antes de imponer la obligatoriedad general de llevarlas.

CON NARIZ Y BOCA CUBIERTA

"Usen por favor mascarilla, paño o bufanda", dice el anuncio colgado en la web de la empresa de transporte de la capital, que además avisa que el conductor "tendrá derecho a expulsar del transporte a los viajeros descubiertos".

En Brno, cuyo transporte público de trolebús y autobús urbano ha adoptado hoy anticipadamente el horario de vacaciones y suprimido el servicio especial de autobuses para gente mayor, se precisa que la obligación de estar cubierto se puede cumplir "no sólo con mascarilla, sino con velo, bufanda u otra alternativa".

S.O.S. A CHINA

El país, de 10,5 millones de habitantes y que en sus reservas estratégicas sólo tenía 10.000 mascarillas, afronta una severa carencia de estos artículos y respiradores para hospitales, lo que ha obligado al Ministerio de Interior ha cursar un pedido a China a través del Banco de China.

En concreto, se han encargado 30 millones de mascarillas, 6 millones de respiradores, 250.000 trajes para sanitarios y 250.000 gafas y protectores de la cara.

De acuerdo con el ministro del Interior, Jan Hamácek, se espera para el domingo la llegada de un avión desde China con mascarillas faciales, respiradores y trajes protectores para los hospitales, indica hoy Radio Praga.

"El Gobierno cuenta con distribuir las mascarillas entre los habitantes para luego poder declarar la obligación general de usarlas", añade

LOS RECURSOS CASEROS

Los comercios de textil que, que como la mayoría del sector al por mayor y detallista debían desde el lunes cerrar sus puertas, quedaron después exonerados de esta restricción para que la población pueda comprar telas de algodón para fabricar a mano sus máscaras de protección.

Largas colas de gente, separada por dos metros entre cada individuo, se han formado delante de las mercerías y tiendas de venta de telas.

Varios expertos en salud han instado a los checos a que se cubran la nariz y la boca, sin importar si están enfermos o no, argumentando que cualquier protección es mejor que ninguna.

Docenas de vídeos en las redes sociales, algunos de ellos publicados por destacados científicos y profesores universitarios, muestran cómo hacer mascarillas con todo tipo de material disponible en casa, desde fundas de almohada viejas o camisetas sin usar hasta botellas de plástico y pañuelos de papel.

LA AYUDA DE UNIVERSIDADES Y PRESOS

Miles de particulares y empresas están produciendo de forma voluntaria mascarillas para el personal médico de los hospitales y para los trabajadores sociales.

La Universidad Técnica de Liberec ha comenzado a producir y proporcionar a médicos y trabajadores sociales máscaras hechas de un nanomaterial especial, al tiempo que la prisión de hombres de la ciudad de Pardubice, en el este de Bohemia, ya ha puesto en marcha su propia producción.

Estos presos podrían ofrecer hasta 40.000 máscaras al mes, ha anunciado la portavoz del Servicio Penitenciario, Petra Kucerová.

Gustavo Monge

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