Trípoli, 25 jul (EFE).- El presidente del Consejo de Estado, una especie de Senado constituido en 2015 junto al Gobierno de Acuerdo Nacional sostenido por la ONU en Trípoli (GNA), criticó hoy con dureza la reciente visita a Libia del controvertido escritor francés Bernard-Henry Lévy, conocido también por ser uno de los mediadores más polémicos el gobierno francés.

Henri-Levi, vilipendiado en Libia y la mayor parte de los países árabes por defender la intervención en conflictos y revueltas como la de Libia -que en 2011 propició la caída de la dictadura de Muamar al Gadafi- visitó esta semana la ciudad-estado de Misrata, aliada del GNA y principal punto de apoyo de intervención militar turca en el país.

Una visita que ha desatado todo tipo de conjeturas, ya que Francia ha expresado en varias ocasiones de manera directa su apoyo al mariscal Jalifa Hafter, tutor del Ejecutivo no reconocido internacionalmente en el este de Libia y hombre fuerte del país.

"Es una desagradable sorpresa. Buscaremos a los responsables de este viaje", anunció hoy a los medios el presidente del citado Consejo de Estado, Jaled al Masri.

En la misma línea se expresó el Consejo Municipal de Misrata, que negó cualquier tipo de relación con la visita del escritor francés de origen argelino, que defendió la intervención militar de Francia en 2011 que permitió frenar el avance de las tropas gadafistas.

"Exigiremos explicaciones a quien haya facilitado y participado en la visita de esta figura controvertida al municipio, y consideramos que es una transgresión flagrante e interferencia en los poderes de la administración local", advirtió.

El comandante del Distrito Militar de Trípoli, general mayor Abdulbasit Marwan, explicó a la televisión local "Libya Al Ahrar" que su departamento ignoraba la visita de Bernard Lévy a Libia y que "reunirse con él es inaceptable. No sabemos quién le contactó y no entrará en Tarhouna", ciudad a 80 kilómetros al este de Trípoli de la que fueron expulsadas el pasado mes de junio las tropas de Hafter tras más de 14 meses de infructuoso asedio a la capital.

El escritor, que según el director del Departamento de Prensa Extranjera, Abdel Fattah Mehanna, carecía de permiso o visado para entrar en el país, no pudo finalmente visitar la citada ciudad debido a un puesto de control en la carretera que le impidió el paso y una manifestación ciudadana en contra de su presencia.

La polémica visita se produjo en medio de una frenética actividad diplomática internacional para lograr un alto el fuego en Libia por parte de los países implicados en el conflicto, con Turquía, Catar e Italia -socios del GNA- y Rusia, Francia, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y Egipto -aliados de Hafter- a la cabeza.

Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de los diversos grupos rebeldes sobre la tiranía de Gadafi.

En el último año se ha transformado en un enfrentamiento armado internacional, totalmente privatizado, sin ejércitos, librado por milicias locales y miles de mercenarios extranjeros.

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