Budapest, 27 mar (EFE).- El museo de fotografía Mai Manó de Budapest inaugura este miércoles una muestra sobre la obra de László Moholy-Nagy, uno de los exponentes más influyentes de la corriente Bauhaus, que este año cumple un siglo de sus inicios.

"Bauhaus 100. Las fotografías de László Moholy-Nagy, el experimentador genial", es el título de esta exposición, que recoge 87 instantáneas de este artista húngaro, fallecido en Estados Unidos en 1946 tras huir del nazismo en Europa.

Este fotógrafo y pintor, junto a otros compatriotas, como el arquitecto y diseñador Marcel Breuer, jugaron un importante papel en la escuela y movimiento Bauhaus, fundado por Walter Gropius en Weimar (Alemania) en 1919.

Desde sus fotogramas y "fotoplásticas", hasta una película que eternizó su propio invento, el "Modulador espacio-luz", la muestra representa la labor artística de Moholy-Nagy.

Nacido en 1895 en una pequeña aldea al sur de Hungría, el artista se trasladó en 1937 en pleno ascenso del nazismo en Alemania y Europa a Chicago (EE. UU.), donde fundó el movimiento "Nuevo Bauhaus".

"Para Moholy-Nagy lo importante no era lo que se ve en la foto, sino la forma de cómo darle nuevo sentido o interpretación a lo que es representado en la instantánea", explicó a la prensa el comisario de la muestra, Balázs Zoltán Tóth.

La exposición está organizada en tres secciones, que representan tres diferentes formas de creación del artista.

La primera recoge sus fotogramas, o sea, obras creadas sin el uso de cámara, solo con materiales y superficies fotosensibles, sobre las que colocaba algún objeto que al ser expuesto a la luz, deja una huella.

"Con estas obras (Moholy-Nagy) comienza a experimentar y conocer la relación de la luz y los materiales fotosensibles", explica Tóth.

En esta sección se puede ver un cortometraje grabado en 1930 sobre el llamado "Modulador espacio-luz", un objeto rotatorio compuesto de partes que cada una deja pasar la luz de una forma diferente, mientras que genera sombras propias.

Según el comisario, Moholy-Nagy no le daba título a sus fotos, solo a pocas, y tampoco anotaba las fechas de realización.

Por eso, en diferentes muestras y álbumes la misma instantánea puede aparecer con títulos y fechas diferentes.

La segunda sección de la muestra recoge las obras que el artista denominó como "foto-plástica", o sea, fotomontajes, que llevan títulos como "La galería de tiro", "Celos" o "Me llamo andana".

Él mismo evitaba usar la denominación de "fotomontaje", ya que quería distinguir sus obras de las de los dadaístas "sobrecargadas y caóticas, mientras que en el caso de Moholy-Nagy queda claro la influencia constructivista", explicó el comisario.

La tercera sección de la muestra se centra en la luz y la sombra, los experimentos de la perspectiva, así como en los juegos de nitidez y el desenfoque.

Para "el profesor más joven", como le conocían en la escuela Bauhaus, la nitidez de los temas "no era tan importante y en varias instantáneas el tema principal se ve desenfocado, mientras que el trasfondo es nítido", recuerda Tóth.

Para el artista, las superficies y formas más cotidianas también le ofrecían posibilidad de experimento y de interpretación propia, como la luz que se refleja en el agua sobre una alcantarilla.

Otra fuente de experimento para el fotógrafo eran las perspectivas, como en el caso de una instantánea tomada desde la torre radiofónica de Berlín, u otra sobre los techos de los edificios de Helsinki.

Moholy-Nagy es solo uno de varios fotógrafos húngaros que en la primera mitad del siglo XX conquistaron el mundo, como Robert Capa, André Kertész, Brassai, Márton Munkácsi o Lucien Hervé.

La exposición sobre su obra está abierta al público hasta el próximo 24 de mayo.

Marcelo Nagy