Este artículo forma parte de una serie de notas que conforman el Suplemento de COVID-19 desarrollado por Qué Pasa.

 

Carolina del Norte está experimentando un alto número de casos de COVID-19 en todo el estado. Frente a esta situación es necesario redoblar los esfuerzos para que disminuya el número de contagios y detener, de ese modo, la velocidad expansiva de la pandemia.

Sabemos que el uso de mascarilla cubriendo nariz y boca y mantener una distancia de 6 pies de los demás, disminuye notoriamente la posibilidad del contagio. Sin embargo, algunas personas no cumplen con estas normativas.

En muchas ocasiones nos vemos expuestos a enfrentar una situación de riesgo porque alguien ha decidido no usar mascarilla, o la usa dejando su nariz afuera, o no respeta la distancia segura de 2 metros.

Sin duda, se trata de una situación incómoda, que a veces no sabemos cómo resolver para no generar un conflicto o, eventualmente una reacción violenta por parte del que ha elegido no cuidarse y no respetar las normas sanitarias.

Si estamos en un lugar público, y el que no usa mascarilla es un desconocido, para manejar este tipo de situaciones lo aconsejable es conocer las normativas vigentes.

En Carolina del Norte, la orden ejecutiva número 147, firmada el gobernador Roy Cooper, enumera los diez sitios donde es obligatorio usar mascarilla: tiendas; restaurantes; estéticas, peluquerías y salones de tatuajes; lugares para el cuidado de niños y campamentos; oficinas de gobierno, en el transporte público, asilos y hospitales, así como lugares de trabajo con muchas personas como polleras, empacadoras de comida, mataderos, fábricas y sitios de construcción.

En estos sitios, tanto empleados como clientes deben usar mascarilla  siempre y cuando no sea posible mantener una distancia de dos metros de otras personas.

Sabiendo esto, si en alguno de estos lugares nos cruzamos con personas que no usan mascarilla o que no la usan adecuadamente lo recomendable es pedirle al encargado del lugar que haga cumplir la normativa vigente.

Pero esta situación también se puede dar en la vida privada, en una reunión, en un encuentro casual, o en alguna actividad compartida.  

Si se trata de un amigo, un familiar o un conocido el que decide no usar mascarilla y no respetar la distancia segura, lo indicado es buscar un modo de comunicar lo que pensamos sin descalificar al otro y sin violencia ni agresividad.  Decir por ejemplo: “No me siento cómoda en esta situación, me haría sentir mejor si te pusieras la mascarilla o si pudiéramos continuar conversando a una distancia mayor”. O bien: “yo elijo cuidarme usando mascarilla, así que prefiero no seguir conversando, al menos que uses mascarilla.”

Lo importante es que hagamos valer la decisión de cuidarnos que hemos tomado. Como dice el dicho: “la libertad de uno termina donde empieza la libertad del otro”. Y, en este caso, “tu libertad de no cuidarte termina donde comienza la mía de cuidarme y de cuidar a mi familia”.

Con estos argumentos claros y de una manera educada, pero firme y sin temores, tenemos que comunicar a quien sea necesario nuestro derecho protegernos del COVID-19 practicando las 3 Ms.

Sí, a pesar de nuestros intentos de pedir que se respete nuestra posición, la persona insiste en su postura, lo conveniente es apartarse y buscar relaciones seguras que no nos expongan a riesgos innecesarios.

 

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