Durham.- La salvadoreña Ana Pérez está más cerca que nunca de reunirse definitivamente con su hijo Melvin tras 15 años de separación, gracias al Programa de Refugiados para Menores de Centroamérica que puso en marcha en diciembre el gobierno federal.

“Estoy super feliz, siento que es una bendición de Dios que todo esto se esté dando rápido”, dijo Pérez quien comenzó el proceso  en febrero y acaba de completar la etapa de los exámenes de ADN que son obligatorios para comprobar la relación biológica entre padres e hijos.

Pérez estaba a la espera de que en estos días Melvin, de 16 años,  sea entrevistado en su país por las autoridades de inmigración para saber si será admitido como refugiado bajo el programa, el cual permite a los padres con estatus legal en Estados Unidos traer legalmente a sus hijos que viven en El Salvador, Honduras o Guatemala.

“Yo estoy contando los días. Espero que sí lo dejen venir porque es un chico muy bueno, estudioso, no se mete en problemas, pero me da mucho miedo porque los mareros no los dejan tranquilos, siempre están buscando que se una a las pandillas”, dijo Pérez.

En la misma situación estaba la salvadoreña Maria Saravia, quien también hace 15 años dejó a sus dos hijos en El Salvador y ahora intenta traerlos mediante el programa de refugiados.

“Ellos ya se fueron a hacer el examen del ADN y ya tengo los resultados, ahora estamos esperando una o dos citas más”, contó Saravia, cuyos hijos tienen ahora 21 y 19 años.

La madre contó que durante los 15 años que vive en Durham siempre ha querido traer a sus hijos, porque le preocupa su seguridad pero ha desechado la idea de arriesgarlos por la frontera.

“Yo ya he experimentado ese camino y no quiero ponerlos en riesgo a ellos”, dijo Saravia que decidió aplicar al programa a fines de enero. “Ahora sólo le pido a Dios que ellos puedan venir”.

Hasta el último lunes 6 de julio, el gobierno había recibido 2,097 solicitudes de padres que quieren traer a sus hijos de Centroamérica, de acuerdo con estadísticas entregadas a Qué Pasa por la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado (DOS), que tiene a su cargo el programa.

Del total de solicitudes, 1,772 corresponden a menores de El Salvador, 291 de Honduras y 34 de Guatemala.

El DOS indicó que no tienen cifras de cuántos de esos casos ya han completado la fase de los exámenes de ADN, pero que hasta ahora ninguno ha completado todo el proceso.

¿Quiénes califican?
Para calificar bajo este programa, los menores tienen que ser ciudadanos de Honduras, Guatemala o El Salvador y estar viviendo en su país de origen, además deben tener menos de 21 años y ser solteros.

Los padres, biológicos o adoptivos que quieren pedirlos, deben tener “presencia legal” en el país. Esto incluye a los residentes permanentes, los que tienen Estatus de Protección Temporal (TPS), Acción Diferida (incluída DACA), libertad condicional (parole), Salida Obligatoria Diferida o Suspensión de Remoción.

Los menores que son admitidos como refugiados, pueden hacerse residentes después de un año y ciudadanos en cinco años.

Los que no califican como refugiados pueden ser admitidos bajo un permiso condicional o “parole” que es renovable.

De acuerdo con las guías del programa publicadas por el DOS, todo el proceso es gratuito y sólo se puede hacer  a través de alguna de las agencias de reasentamiento de refugiados autorizadas.

En Carolina del Norte hay hasta 11 de esas oficinas en diversas ciudades, entre ellas Church World Services (CWS), en Durham, donde Pérez y Saravia encontraron ayuda gratuita para pedir a sus hijos.

Kelly Carolina Chauvin, consejera de inmigración de CWS, dijo que su oficina ha iniciado hasta el momento 25 peticiones con el programa y que la de Pérez ha sido la primera que ha pasado a la etapa decisiva de la entrevista.

Chauvin dijo además que aunque más personas conocen ahora del programa todavía hay mucha desinformación por lo que CWD está dando clínicas gratuitas en el Centro Hispano de Durham.

Aún quedan preguntas
En Raleigh, el Comité de Refugiados e Inmigrantes de Estados Unidos (USCIR), también está trabajando para difundir el programa y ayudar en el proceso.
“Creo que la comunidad hispana aún no se ha dado cuenta de que el programa existe porque es nuevo, empezó en diciembre”, dijo  Kevin Nonaan, director de la USCIR en Raleigh.

Kevin Schroeder, abogdo de USCIR, por su parte dijo que al no haber aprobada todavía ninguna solicitud quedan  muchas preguntas sobre como va a funcionar el programa.

Explicó que bajo el programa los menores deben demostrar que tienen un temor creíble de quedarse en su país para ser considerados refugiados, algo que en su experiencia es muy difícil de probar.

“Yo pienso que una parte muy grande de las personas que están aplicando no van a ser considerados refugiados porque es muy difícil de probar. Pero si no son aprobados, Inmigración aún tiene la discreción de darles un parole para venir al país pero que va a evaluar caso por caso”, dijo Schroeder.

Sin embargo, apuntó que los menores que vengan con un parole podrían acogerse a otros alivios migratorios una vez que estén en el país.

Pida ayuda

En Raleigh
Lutheran Services
(919) 861-2806
(919) 438-7007

US Committee for Refugees and Immigrants (USCRI)
(919) 295-0059

En Durham
Church World Service
(919) 641-0377